Por Diosmel Galano Oliver (Twitter: @DiosmelGO)
Cuba es una sociedad multirracial con fuertes orígenes en la península Ibérica y en el continente africano. De esta singular mezcla surgió el criollo, quien junto al mestizo conforma el sector predominante en nuestra población. Por supuesto, son muchas las diferencias entre nuestros antepasados y nosotros, pues cada año nuevas experiencias se suman y enriquecen la identidad cultural.
Esta simbiosis de razas tiene su repercusión en todos los sectores: lo mismo te encuentras una sinfonía de Beethoven a ritmo de guaguancó o una obra plástica donde las razas se funden, podemos tropezar con muertos que invaden La Habana en las pantallas de los cines o a un intelectual tirándose los caracoles con un babalawo.
En fin, 523 años no son nada con la huella que hemos dejado los cubanos en el mundo, lo mismo te dicen “que volá” en China, que te llaman “asere” en la Plaza Roja de Moscú, eso sí, todos con Cuba en el corazón, esta isla grande que despierta nostalgia cuando estamos lejos.
Muchos son los hijos de esta tierra que dejaron su huella en la historia universal: José María Heredia, con sus cantos al Niágara; el Apóstol Nacional José Martí, quien pensó para todos los tiempos; Alejo Carpentier, con su realismo mágico tan presente en el día a día; Alicia Alonso, joya mayor de nuestra danza, quien cautivó escenarios en todo el mundo; Kid Chocolate, la Avellaneda, Wilfredo Lam, Nicolás Guillén, Chucho Valdés y otros tantos que demuestran la calidad del material humano en el verde caimán.
¿Quién iba a imaginar que una islita del Tercer Mundo iba a lograr esa repercusión mundial? Sin dudas, razones encuentran quienes nos visitan para volver, pues como dijera Cristóbal Colón y muchos coincidimos con él “esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto”.
La sinceridad, la solidaridad y el orgullo también nos definen, tal vez esta sea la causa de que sobresalgamos donde quiera que estemos y que nunca se nos menosprecie, No por gusto pasa que cuando uno de los nuestros se para en cualquier lugar de este planeta, dispuesto a realizar equis actividad, los que lo rodean se miren y digan entre murmullos “cuidado que ese es cubano”.
Hoy celebramos el Día de la Cultura Nacional, como conclusión de una jornada donde lo mejor del quehacer artístico local brillo en todos los escenarios, desde las grandes plazas hasta los más apartados barrios, y así evidenciar la salud del arte en la Isla pero que demanda de perenne atención para frenar cualquier intento de distorsionar lo mejor de nuestras raíces.